La bandera de España ondea en Perejil (Associated Press)

     Unidades navales, tropas especiales de tierra y aviones de combate F-18 cargados con bombas han recuperado la isla del Perejil. La isla fue ocupada por una decena de gendarmes marroquíes el jueves pasado. La operación conjunta de las Fuerzas Armadas españolas se planeó el sábado y se ha desarrollado a las 6.15 horas. No hay bajas ni heridos, y los seis marroquíes que ocupaban el territorio han sido hechos prisioneros (posteriormente fueron llevados a Ceuta y devueltos a Marruecos por efectivos de la 410 Comandancia de la Guardia Civil de Ceuta).

     La toma fue llevada a cabo por efectivos del Mando de Operaciones Especiales del Ejército de Tierra (boinas verdes), con sede en Alicante, apoyado por tres helicópteros "Super Puma" (Cougar) de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (FAMET) con base en el Copero (Sevilla), y otros dos helicópteros BO-105 "Bolkow". También han contado con el apoyo de aviones de combate F-1 y aviones de transporte.

     El mando estaba en el Estado Mayor de la Armada y la operación fue ejecutada por el contraalmirante Jesús María Bringas Andújar, a bordo del buque de asalto anfibio "Castilla", siguiendo las órdenes del jefe del Estado Mayor de la Defensa, almirante general Moreno Barberá, que se encontraba en el cuartel de Vitrubio, en Madrid. El espacio aéreo del Estrecho, entre Málaga y Jerez, quedó reservado para uso militar.

     La acción transcurrió de la siguiente forma: dos grupos de 28 boinas verdes se descolgaron desde los helicópteros en lo más alto de la isla. Después se deslizaron por la ladera hasta el campamento donde los soldados del ejército marroquí dormían. Una vez rodeados, desde la megafonía de uno de los helicópteros se conminó a sus ocupantes a rendirse, lo que hicieron sin oponer resistencia.

     El principal peligro que entrañaba la intervención militar era la corbeta marroquí que patrullaba la zona. La forma de burlarla fue con un señuelo. A la una de la madrugada, las dos patrulleras de la Guardia Civil recibieron orden de retirarse a su base. Fueron sustituidas por la patrullera "Dragonera", de la Armada. Ésta se acercó a la isla lo suficiente para alertar a la patrullera marroquí, que se apresuró a encender el foco de proa y enfilar a toda máquina la embarcación española para expulsarla. Esta maniobra de distracción sirvió para que los tres helicópteros Superpuma Cougar y otros dos Bolkow se colaran por el hueco.

     Cuando la patrullera marroquí se dio cuenta de lo que ocurría ya era tarde, el radio de acción de sus cañones no alcanzaba a los buques españoles que se acercaban en formación y carecía de baterías antiaéreas para repeler la presencia de los helicópteros. No podía hacer otra cosa que retirarse.

     Previamente, submarinistas pertenecientes a Infantería de Marina habían llevado a cabo unas primeras inspecciones en la zona, adonde llegaron a través de lanchas zodiac desde algunos de los buques de la Armada que están desplegados en las zonas próximas a la isla.